7 de agosto de 2010

Por la dignidad del trabajo.

Colgado en el centro de la habitación, y por encima del respaldo de madera terciada de la cama de mis padres, había un pequeño cuadro de un Santo con espigas de trigo pegadas con cinta 'scotch'.
Muchos años pasaron hasta comprender el significado de aquella ofrenda y devoción. Duras experiencias me llevaron a compartir los peores amaneceres: los lunes de los desocupados.
Que no le falte el trigo a San Cayetano.
Que no existan lunes sin trabajo.

5 de agosto de 2010

Breve biografía de un incapaz.

Daniel vió la luz en un lugar de la provincia de cuyo nombre no quiero acordarme. Su intelecto fue creciendo entre relatos y mentiras hechas verdad de tanto escucharlas de piamonteses meláncolicos. Sus pequeños ojos, hundidos bajo pardas pestañas, ansiaban otros horizontes más allá de la altura del trigo.


Ya en la Capital hizo realidad sus sueños literarios. En un garage donde se vendían libros usados adquirió una ajada edición de bolsillo de los cuentos de Julio Verne con las que terminó de formar su personalidad.


Poco después, despilfarrando prestigio, dignidad y nepotismo, consiguió superar a Phileas Fogg. En 15 días viajó de ida y vuelta a las antípodas en busca de los arcanos del subsuelo y visitó los cielos boreales tratando de descubrir la mitológica Inviron.

Tiempo más tarde, mientras sufría la deshonra de que le fueran arrancadas las jinetas y botones de su uniforme de soldado, se le escuchó decir en hiséricos falsetes: "a ver, a ver".