6 de agosto de 2014

Chau amiguita!

Te pido perdón por mi debilidad ante tu sufrimiento y mi decisión por evitarlo. Tu dolor me hizo dueño de tu vida y te entregué a las parcas sin dudarlo. Desde hoy no tendremos tu gentil presencia en la casa, solo el recuerdo de tu cariño incondicional. A mi pequeña familia le faltará Didí.