1 de mayo de 2015

En el día del trabajo

Aquellos que nacimos en el tiempo que nací fuimos privilegiados en materia de formación educativa, laboral y urbanidad. Aprendimos el respeto por los mayores, los iguales y los maestros. Aprendimos ortografía y nos encaminaron a la senda laboral con aquella materia que llamaban "Trabajo Manual" y además teníamos el ejemplo de nuestros padres cumpliendo aquel olvidado horario de 8 a 12 y de 16 a 20 que les permitía una pausa para el almuerzo familiar y la siesta. Recuerdo que en tiempos de verano apenas finalizado el período escolar nos ofrecíamos como trabajadores de medio tiempo en diversas actividades: una distribuidora de revistas y diarios, un vendedor de aceites, una verdulería que repartía a domicilio. Nuestra ansiedad infantil estaba centrada en el trabajo, así crecimos y con el correr de los años no abandonamos nuestra ansiedad laboral. Algunos estudiamos y otros nos dedicamos a otras actividades pero estoy seguro que ninguno de nosotros ni sus hijos son desocupados o subsidiados. Estos últimos son fruto de otras generaciones y son hijos de quienes no recibieron aquella cultura laboral, no son culpables sino víctimas del cambio de paradigma educativo.