7 de agosto de 2010

Por la dignidad del trabajo.

Colgado en el centro de la habitación, y por encima del respaldo de madera terciada de la cama de mis padres, había un pequeño cuadro de un Santo con espigas de trigo pegadas con cinta 'scotch'.
Muchos años pasaron hasta comprender el significado de aquella ofrenda y devoción. Duras experiencias me llevaron a compartir los peores amaneceres: los lunes de los desocupados.
Que no le falte el trigo a San Cayetano.
Que no existan lunes sin trabajo.

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