21 de noviembre de 2015

Sábado, descanso y mimar a mis chicas.

El sábado me trae la tregua de escuchar el despertador a las 05:30 hs. Me permite una lánguida pereza de almohada y sábanas arrugadas después de la noche, quizás alguna caricia. Luego el ritual de mate amargo y radio con mi compañera, en cada sorbo recuerdo sus labios que antes estuvieron allí. Al tiempo de consumir el agua de la segunda pava y con la infusión en decadencia de sabor planeamos el almuerzo con la habitual pregunta: "Nos harías algo rico?" Y la habitual respuesta: "Sí querida" El "freezer" siempre está bien provisto, es cuestión de elegir con que plato satisfacer a mis chicas. Hoy elegí paella de mariscos.

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