Chau amiguita!
Te
pido perdón por mi debilidad ante tu sufrimiento y mi decisión por
evitarlo. Tu dolor me hizo dueño de tu vida y te entregué a las parcas
sin dudarlo. Desde hoy no tendremos tu gentil presencia en la casa, solo
el recuerdo de tu cariño incondicional. A mi pequeña familia le faltará
Didí.
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