12 de julio de 2016
Día completo
Hoy me desperté tarde, el reloj marcaba las 9:30 hs. Habían pasado cuatro horas del despertar habitual pero pronto recapacité: es sábado y el reloj caduca su dictadura hasta el lunes. Me calcé las ojotas y al llegar a la cocina, mi esposa tenía preparado el desayuno: mate amargo, pan criollo (croios) del día anterior calentados en el tostador y un dudoso salame de la colonia para acompañar. Antes que le deseara los buenos días me anticipó: "hacé rapido tus cosas en el baño que tengo unas milanesas y unas cervezas cargadas en La Mulata para ir al ranchito" Aún con sueño emprendimos el camino. Son solo 100 Km. que demandan dos horas de viaje por la congestión en La Cuesta del Aguila: conductores temerosos de las curvas, otros que disfrutan de la vista a 20 Km/H sin importarles que están en una ruta, camiones que humean en cada trepada y la policía que sin razones aparentes detienen el flujo de vehículos. Nada de aquello me perturba, escucho una radio AM y acaricio la rodilla de mi esposa. Finalmente abandonamos el pavimento y apago las luces bajas, me detengo un momento y creo escuchar que La Mulata me pide como mínimo 4H porque los próximos tres kilómetros son en descenso aunque no sin dificultad. Mi compañera consulta la hora y decide que ya podríamos abrir una cerveza "si aquí nadie nos va a controlar la alcoholemia" y el trayecto de sierra nos demandará veinte minutos. Le doy un intenso beso a la Quilmes y acaricio el acelerador. El camino es lento pero pleno de belleza. Al llegar a "el Ranchito" ya había pasado la hora del almuerzo, apresuramos los bocados de milanesa entre panes para iniciar una caminata en busca de nuevos rincones hasta que el atardecer nos devolvió a la realidad del invierno para obligarnos a buscar el cobijo cálido de nuestro hogar en las alturas. El cansancio y la libertad del fin de semana me hicieron sugerir: "y si nos quedamos hasta mañana?" Afirmativa fue la respuesta y aunque ya no quedaban milanesas la despensa está preparada para estas contingencias, mientras mi compañera inventaba un plato caliente al calor de la leña tomé esta foto con las luces difusas de Santa Rosa de Calamuchita. Día completo.
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