En tiempos invernales recurríamos a calefaccionarnos con braseros, ponchos, gorras y guantes. Algunos conocimos las estufas de vela. Funcionaban con querosene y se debía mantener la presión del tanque "bombeando" un vástago que entregaba aire al tanque de combustible. En mi casa paterna hubo una de la marca Volcán, muy parecida a la de la foto. En realidad solo otorgaban calor estando muy cercanos al artefacto y allí nos reuníamos para escuchar la radio por las noches, durante la cena "El Glostora Tango Club", y luego las interminables peripecias de los "Perez García" ambos programas con ruidos y la fluctuación de la onda que llegaba desde Buenos Aires. Luego se apagaba la estufa y la radio y se pasaba la noche mitigando el frío con colchas "flacas". Era lo que teníamos y éramos felices.
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