El fin de semana tenía pronóstico meteorológico de frío, lloviznas y posibilidad de nieve en los altos de Calamuchita pero "mis chicas" prefieren soportar las bajas temperaturas en las sierras en lugar de quedarse encerradas en la casa con calefacción, entonces partimos en la madrugada con las provisiones para el día ya que el lunes está próximo. Ya en la ruta percibí que el andar de "la mulata" no era el habitual y levanté el pié del acelerador. La Cuesta del Aguila tenía una ligera escarcha que las 235 mordían con solvencia pero no es cuestión de confiarse. Apenas superamos Potrero de Garay el parabrisas comenzó a recibir algunas cristalizaciones y cuando desviamos hacia La Cumbrecita se tornó definitivamente en nieve. Desempañadores, limpia-parabrisas y calefacción a pleno y cuando ingresamos a la tierra 4H. Adelante nuestro mis sobrinos con su Nissan Frontier nos dejaban una huella barrosa borrando el impecable manto de la nieve. Ya en "el ranchito" iniciamos el fuego en el hogar para calentarnos con una taza de "yerbeado" pan casero, salame y algún toque de grapa antes de quemar algunas carnes en la parrilla. Sin disfrutar de la siesta obligada para digerir el almuerzo volvimos a cargar nuestras máquinas para desandar el camino de la mañana con la esperanza de recuperar el calor con una ducha tibia y ropa seca. Para expresar correctamente este día debo expresarme en cordobés: que friazononón!
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