Cuando leo las publicaciones de los memoriosos de Córdoba, exceptuando a Don Efraín U. Bischoff (U. era por Urbano?), me pregunto cómo hacen algunos narradores para describir paisajes y situaciones anteriores a su capacidad cronológica. El asunto debería ser motivo de análisis para los estudiosos de los fenómenos para-normales y publicado en tipografía Catástrofe: ¡ALGUNOS CORDOBESES HAN DESARROLLADO LA MEMORIA INTRA-UTERINA!.
Después de expresar la idea anterior razoné su contenido y observé dos errores graves.
PRIMER DESLIZ: utilizé la calificación "tipografía Catástrofe" la cual debe ser poco conocida por los menos entrados en años. Es la que se utilizaba en los periódicos impresos cuando el armado de las notas se hacía utilizando tipos (hoy fonts en windows) de plomo, para poner TITULOS DESTACADOS. Se escribía el artículo a publicar en una máquina llamada "Linotipo", que efectuaba una composición en caliente de cada letra de la nota a partir de un modelo de fuente seleccionada. Luego de haber sido impresa la noticia, el plomo se reciclaba para una nueva impresión. Los operadores de éstas máquinas a menudo sufrían de "saturnismo" (intoxicación crónica por plomo).
La bruja, mutada en cuervo y posada en mi hombro izquierdo, me graznó al oído:
-PAPAA! parecí el libro gordo'e petete.
SEGUNDO DESLIZ: "intra-uterina" se refiere al período de gestación de aquellos narradores. La observación me lleva a la conclusión de que (aquí si está bien utilizado el "dequeismo") hay selectos iniciados que guardan recuerdos desde el útero de la abuela.
Un nuevo sonido, grave, gutural y acuciante me llamó a silencio.
-No te metai con mi aguela! -dijo mi esposa sacudiéndose las últimas plumas de cuervo para mostrarse ahora como Cerbero.
-Qué'lo quí cerbero? -me ladró.
Pasé a explicarle, en la mitología griega Cerbero (en griego Kérberos), también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas con una serpiente en lugar de cola e innumerables cabezas de serpiente en el lomo.
-Ta'bien, me gusta -respondió.
-Y quién es ades?, el de los juguitos? -me inquirió.
Apreté la tecla para hacer el "punto y aparte", le dí a mi esposa el hueso de la costeleta de ayer y la mandé a masticarla al patio y, ya cansado de todas estas explicaciones, me pregunté:
-Qué asunto me trajo hoy a sentarme a escribir?
-Por qué me enredé con las viejas tecnologías y la mitología griega?
-Qué sorpresa me tendrá reservada el Cerbero para después de la digestión?
Después de expresar la idea anterior razoné su contenido y observé dos errores graves.
PRIMER DESLIZ: utilizé la calificación "tipografía Catástrofe" la cual debe ser poco conocida por los menos entrados en años. Es la que se utilizaba en los periódicos impresos cuando el armado de las notas se hacía utilizando tipos (hoy fonts en windows) de plomo, para poner TITULOS DESTACADOS. Se escribía el artículo a publicar en una máquina llamada "Linotipo", que efectuaba una composición en caliente de cada letra de la nota a partir de un modelo de fuente seleccionada. Luego de haber sido impresa la noticia, el plomo se reciclaba para una nueva impresión. Los operadores de éstas máquinas a menudo sufrían de "saturnismo" (intoxicación crónica por plomo).
La bruja, mutada en cuervo y posada en mi hombro izquierdo, me graznó al oído:
-PAPAA! parecí el libro gordo'e petete.
SEGUNDO DESLIZ: "intra-uterina" se refiere al período de gestación de aquellos narradores. La observación me lleva a la conclusión de que (aquí si está bien utilizado el "dequeismo") hay selectos iniciados que guardan recuerdos desde el útero de la abuela.
Un nuevo sonido, grave, gutural y acuciante me llamó a silencio.
-No te metai con mi aguela! -dijo mi esposa sacudiéndose las últimas plumas de cuervo para mostrarse ahora como Cerbero.
-Qué'lo quí cerbero? -me ladró.
Pasé a explicarle, en la mitología griega Cerbero (en griego Kérberos), también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades, un monstruo de tres cabezas con una serpiente en lugar de cola e innumerables cabezas de serpiente en el lomo.
-Ta'bien, me gusta -respondió.
-Y quién es ades?, el de los juguitos? -me inquirió.
Apreté la tecla para hacer el "punto y aparte", le dí a mi esposa el hueso de la costeleta de ayer y la mandé a masticarla al patio y, ya cansado de todas estas explicaciones, me pregunté:
-Qué asunto me trajo hoy a sentarme a escribir?
-Por qué me enredé con las viejas tecnologías y la mitología griega?
-Qué sorpresa me tendrá reservada el Cerbero para después de la digestión?
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