


Llegamos a "el ranchito" el 29 pasado con ansias de recorrer caminos,
mojar señuelos y descansar un poco. El pronóstico de clima casi nos
desanima. El viernes el cielo no estuvo tan cerrado y aprovechamos para
bajar al río. Mi amigo de toda la vida de copiloto en la GV, mi ahijado
con otro sobrino en una Duster 4x2 con motor 1600 cc. No hubo manera de
desalentarlo y se largó detrás nuestro. La bajada es complicada, solo
hay una huella casi borrada, con mucha pendiente y poco transitada ya
que es un camino interno del campo donde solo entramos nosotros. Nos
dividimos del mismo modo que en los vehículos y salimos a desplegar
tanza, unos río arriba y los otros a favor del agua. Nos fijamos una
hora de regreso que debe cumplirse a cualquier costo, allí no hay señal
de ninguna Empresa de celulares por las características del lugar y, en
caso de algún problema, alguien debe llegar a los autos y hacer sonar
las bocinas a modo de alarma. Afortunadamente no hubo sorpresas y pasado
el mediodía emprendimos el retorno con un excelente resultado. Solo
quedaba trepar y fue entonces cuando se cumplieron los augurios para la
Duster. La tracción normal no era suficiente y las ruedas escarbaban el
suelo por girar demasiado. Afortunadamente estábamos adelante con la GV y
recurrimos a la eslinga, si bien no la remolcamos le servimos de punto
de sujección avanzando metro a metro la dificil pendiente y ayudando con
un poco de tracción. Luego comenzó a llover pero ya estábamos cerca del
fuego. El barro hasta la ruta no fue problema para ambos. Todo terminó
bien salvo el embrague de la Duster y el bolsillo de mis sobrinos que
debieron pagar la apuesta, asado con todo para todos que este domingo
estamos disfrutando en Córdoba lluviosa.